Lamentando que la prensa local, salvo excepciones, no haya dado cobertura (más allá de reproducir brevemente nuestro comunicado) al acto por Hiroshima y Nagasaki, envío este pequeño comentario ad-hoc:
OJEANDO DIARIOS
Hojeando y ojeando el suplemento Artes y Letras de El Mercurio, veo el aviso de una nueva colección de fascículos, y no puedo comprender cómo –aunque esté tratado de la manera más objetiva posible, no lo sé- se ocupe papel, tinta y esfuerzos intelectuales o de cualquier naturaleza para vender el tema de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuántas colecciones habrán salido al respecto? ¿Cuántos tomos y páginas? ¿Cuántas separatas, CDs, DVDs o cualquier otro soporte para soportar la violencia de una guerra, y más encima transmitirla como un atractivo de mercado?
En momentos que algunos promueven la Marcha por la Paz y la No Violencia , ojala pudiera contarse con recursos de esa envergadura y los espacios desplegados de los medios para promover de verdad el fin de las guerras, y muy concretamente, “la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos”. Escribo desde la ciudad más cercana a la triple frontera chileno-peruana-boliviana, porque creo que cuando pensamos en la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia –en cuyo recorrido está incluida Arica- es ese el mensaje que debemos recalcar tras saber que nuestro país compra armamentos, que algunos connotados defienden el suelo y rechazan de forma rígida tratar el tema de la cesión de mar a Bolivia, como si al fin de sus existencias se fueran a llevar un palmo de territorio, y que otros fanáticos en uno y otro lado siguen perpetuando –y ensalzando- los nombres ligados a la guerra, ya sea en las calles de nuestras ciudades y pueblos, o en los libros de historia que entregan a sus hijos.
No a la violencia, no a la compra de armamentos, no a los fascículos que vuelven a resaltar las guerras mundiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario